jueves, 25 de noviembre de 2010

Los argentinos no creen en los políticos ni participan


Es una encuesta de la Universidad Siglo 21 realizada en siete ciudades del país, entre ellas Córdoba.

(LA VOZ) La mayoría de los argentinos cree poco en los políticos, calcula que nada cambiará en los próximos tiempos y además no está interesada en participar en la cosa pública. Ese resultado arrojó una investigación de la Universidad Empresarial Siglo 21 (UES 21) efectuada en la Capital Federal, Córdoba, Rosario, Corrientes, San Miguel de Tucumán, Mendoza y Rawson (Chubut). Se realizó sobre 1.044 casos y el equipo de trabajo fue encabezado por el director de Investigaciones de esa universidad, Aldo Merlino.

Sobre la credibilidad de los políticos, los números son rotundos: 51,9 por ciento dijo que no cree “nada”; 44,4 cree “poco”, y sólo 3,7 cree “mucho” en ellos. Es decir que si se suman los que creen poco y nada, se llega a 96,3 por ciento.

Ese dato cruzado por ciudades indica que los lugares donde la gente descree más de los políticos son Mendoza, donde no les cree 59 por ciento; Rosario, con 57,4, y Córdoba, donde el escepticismo llega a 57,2. Rawson es la ciudad donde mejor miden los políticos: los que no les creen nada no llegan a 40 por ciento (39,6), mientras que quienes al menos les creen “poco” trepan al 56,5%.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Universitarios del país piden contra el aborto - Susana Roldán




Diario de Cuyo.- Con términos categóricos y en una fuerte actitud de rechazo hacia "los proyectos legislativos tendientes a la despenalización y legalización del aborto", representantes de universidades católicas de todo el país emitieron un documento de 10 puntos en el que también se manifiestan contrarios a determinadas prácticas con embriones humanos. El documento, que como conclusión del plenario se tituló La Apertura a la Vida, Centro del Verdadero Desarrollo, iba a ser entregado anoche al gobernador José Luis Gioja, quien se había comprometido a recibir en persona a los universitarios. El gobierno de la provincia ya había hecho sentir su apoyo al Plenario de Universidades Católicas y su temática, con la presencia de dos ministros del gabinete (Educación y Desarrollo Humano) que participaron de la inauguración del encuentro.

En sus párrafos, el documento con las conclusiones expresa que "el mejor modo de evitar muertes maternas no es sumar la muerte del niño, sino hacerse cargo de la contención y acompañamiento de la madre y su bebé desde la fecundación". También dedica una consideración a los embarazos productos de una violación, acerca de los que sostiene que "es compromiso ineludible (del Estado y la sociedad civil) ayudar a la víctima a llevar a término su gestación" y, en caso de ser necesario, "apoyarla para que pueda asumir su maternidad" o para que otros puedan asumirla por ella.

Flanqueada por los ministros de Desarrollo Humano, Daniel Molina, y de Eduación, Cristina Díaz, y por el arzobispo Alfonso Delgado (quien en varias oportunidades hizo pública esta misma postura, sobre todo a través de los medios), la rectora de la Universidad Católica de Cuyo, María Isabel Larrauri, abrió con un fuerte mensaje en contra de la despenalización del aborto.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El imposible kirchnerismo sin Kirchner - Joaquín Morales Solá



Domingo 14 de noviembre de 2010.-  A matar o morir. A libro cerrado. A suerte y verdad. El repertorio de frases agitadas por el oficialismo en los últimos días corresponde a los tiempos del kirchnerismo con Kirchner. ¿Puede hacerse, en la administración práctica del Estado, kirchnerismo sin Kirchner? La primera experiencia ha dado una respuesta convincente: no. La propia presidenta usó algunas de esas metáforas ( a matar o morir , por ejemplo) para fulminar de un solo golpe una avanzada negociación en marcha entre oficialistas y opositores sobre el proyecto de presupuesto. Cristina no tomó nota de que su marido ya no está en la política , se desplomó uno de los principales negociadores del oficialismo. El presupuesto corre ahora una suerte insegura.

Los ministros pudieron alertarla de que las cosas no tenían destino empujadas por un capricho. No lo hicieron. Optaron, sin embargo, por competir entre ellos para cumplir con su voluntad. Los principales referentes oficialistas de la Cámara de Diputados quedaron, así, desautorizados. El borrador de acuerdo no era malo para el oficialismo y aseguraba, en principio, el tratamiento ordenado del presupuesto. La competencia de varios ministros los convirtió luego en vendedores ambulantes en el propio recinto. Nunca hubo tanta chapucería para conseguir la aprobación de una ley.

Una diputada recibió una invitación para viajar a China en la hora inverosímil de la 1 de la madrugada. Un muy alto dirigente de la Federación Agraria, otrora líder de la revuelta agraria, le pidió a un diputado del peronismo disidente que apoyara al Gobierno o que se fuera del recinto. Los diputados radicales de Corrientes, Río Negro y Catamarca abandonaron su bloque; esas provincias son gobernadas por mandatarios radicales, que recibieron un urgente pedido de ayuda del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Entró a funcionar lo que, no sin ironía, los políticos llaman la cuestión federal ; es decir, la negociación por el envío de dinero nacional a las provincias.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Advierten que "La Cámpora ha tomado Aerolíneas y al sistema aerocomercial como un coto de caza"


(MDZ) Omar de Marchi, diputado nacional por el Partido Demócrata cuestionó el manejo aerocomercial argentino, afirmó que está en manos de "chicos que cobran sueldos fenomenales que pagamos todos a costa del déficit de la empresa".

El diputado nacional por el Partido Demócrata Omar De Marchi aseguró hoy que la situación que se está viviendo en el aeropuerto de Ezeiza "no debería sorprender", porque "la agrupación oficialista La Cámpora, dirigida por el hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner, ha tomado a Aerolíneas y a todo el sistema aerocomercial argentino como un coto de caza". "Acá el tema es complejo porque no sólo se circunscribe a la toma de Aerolíneas a través de Mariano Recalde, quien no conoce nada de la tarea pero está a cargo de la compañía, sino a su vez la conducción de la Administración Nacional de Aviación Civil, comandada desde hace un tiempo por el hijo del intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, quien tampoco conoce nada", dijo el diputado mendocino.

El legislador, que integra la Comisión de Transporte de la Cámara baja. añadió en ese sentido: "Puertas adentro, se lo conoce como el Club de Amigos de Recalde".

"Son chicos que cobran sueldos fenomenales que pagamos todos a costa del déficit de la empresa, que ya superó 1,5 millón de dólares por día. Es decir que a los argentinos, Aerolíneas nos está costando entre 6 millones y 8 millones de pesos por día. Es algo así como una escuela diaria", aseveró el diputado.

Enfatizó que "si Aerolíneas volara en competencia, dura cuatro horas", a la vez que denunció que en la empresa estatal "han nombrado 70 gerentes nuevos que están funcionando en duplicidad de cargos con los gerentes de línea que conocen la operatividad".



Por favor, un GPS para Felipe Solá - Carlos M. Reymundo Roberts


LA NACION, Viernes 12 de noviembre de 2010.- Todos los que estaban preocupados por Felipe Solá, despreocúpense: ya está bien.

¿Qué le pasaba, qué mal lo aquejaba? Sencillamente, a Felipe le dolía el país. No era algo de ahora. Empezó a dolerle cuando Néstor Kirchner lo dejó fuera de la posibilidad de ser reelegido gobernador de Buenos Aires. Allí descubrió que las cosas en la Argentina no andaban bien. Hasta entonces era un kirchnerista convencido, un funcionario que acompañaba y aplaudía el modelo, un hombre optimista, en fin, un político feliz.

Pero vino la catástrofe electoral de Misiones, cuando el obispo Piña logró derrotar la reforma constitucional que permitía la reelección del gobernador ultrakirchnerista Rovira, apoyada obviamente por la Casa Rosada, y entonces la víctima fue Felipe, que también iba por otro turno en Buenos Aires (si la Corte lo autorizaba). Lo obligaron a bajarse: Néstor había leído muy bien el mensaje de las urnas.



Desde el llano, la perspectiva de FS empezó a cambiar. Se asomó al otro lado de las cosas, con esa sagacidad de los que siempre tienen un radar atento. El conflicto con el campo por la resolución 125 terminó de convencerlo de que ya no tenía nada en común con esos Kirchner, a los que descubrió autoritarios, hegemónicos, despiadados. Y cruzó la calle.

No era la primera vez que le pasaba. Antes ya se había encantado y desencantado con Menem y con Duhalde, y al cabo de tantas desilusiones existe el convencimiento de que a Felipe Solá hay un sólo dirigente que le gusta, lo convence y está dispuesto a apoyar hasta el fin: Felipe Solá.

Su etapa poskirchnerista fue entretenida, excitante, porque se convirtió nuevamente en figura como líder del peronismo disidente en Diputados. Volvió a saborear las mieles del protagonismo, esas que nunca lo empalagan. Si antes había tenido atractivo mediático como gobernador kirchnerista del principal distrito del país, ahora lo tenía como diputado rabiosamente anti-K. Había vuelto a la TV por la puerta grande.


Claro que esa etapa, además de emocionante y fructífera, fue traumática. Con De Narváez y Macri derrotaron a Kirchner y a Scioli en las legislativas de junio de 2009, pero a Felipe esa alianza con dos derechosos le dejaba el hígado a la miseria. Hay que reconocerle que hacía esfuerzos sobrehumanos para poner buena cara, y hay que decir también que pocas veces lo lograba. Eran tiempos en los que, en privado, hablaba horriblemente mal de sus dos aliados. Y en público? algunas veces también.

Por aquellas horas, y también después, sólo se lo veía realmente a gusto en su papel de criticón del Gobierno, un gobierno que, además, le daba pasto mandándole mastines para arruinarle actos en el interior. Eso pasó en abril de este año en San Nicolás, y entonces el adjetivo que le encontró a Néstor Kirchner, al que responsabilizó por los patoteros que lo habían acosado, fue explícito: "Es un bandido".

Una noche, el año pasado, llegó a una comida de amigos (en Recoleta, el barrio en el que vivió de chico, en el seno de una familia conservadora y antiperonista), y se lo veía de mal semblante. La razón no era, o no sólo era, que alguien con voz mucho más sonora que la de él casi no lo dejaba hablar. Su preocupación de fondo, contó, es que en los últimos días había estado dándole vuelta a los problemas de la Argentina de los Kirchner, y no le había encontrado solución. "La verdad, ya no sé qué hacer", dijo.


No era cierto. Felipe siempre sabe qué hacer: ir y venir, comprender como ninguno la dirección del viento, vestirse de ocasión, plantarse frente al espejo y preguntar qué pasa que no se dan cuenta de que él es el mejor.

Inteligente, bromista, buen orador, buen imitador (de Kirchner, por ejemplo), FS vive horas cruciales. Desde la muerte del ex presidente cree que todo ha cambiado; lo elogió entrañablemente en la sesión especial del Congreso y se arrepintió de su antikirchnerismo, y al volver sus ojos al terreno opositor, ese campo en el que él era un soldado de primera fila, lo vio perdido. Quizá descubrió antes que nadie que en el país sin Kirchner las cuentas eran distintas. Sus números ya no le daban, y ofreció parlamento. Pero lo dramático es que, hasta ahora, en la otra orilla nadie parece escucharlo. En 15 días pasó de los brazos de Lilita Carrió a los de Cristina Kirchner y no le reconocen el esfuerzo. Quizá consideran que se había ido demasiado lejos como para pegar la vuelta. Eso sí, por la quinta de Olivos todavía debe estar correteando el perrito que le regaló tiempo atrás a la Presidenta.

A Felipe el país ya no le duele, o si le duele, está medicado. ¿Adónde lo dejará su nuevo viraje? Difícil saberlo: a esta altura, su GPS se ha tildado.



jueves, 11 de noviembre de 2010

Empalagosa hipocresía – Nicolas Kasanzew

Crónica para no olvidar...


Escribo tratando de desembarazarme de la empalagosa hipocresía que chorrea de la radio, del televisor y de los diarios, como una melaza espesa y adulterada.

Siempre creí que la muerte no convierte a un miserable en buena persona sino en un miserable muerto.

Néstor Kirchner fue, según mi exclusiva e intransferible opinión, una persona malvada, vengativa y mezquina. Un tipo básicamente destructivo y profundamente egoísta.

Dos de cada tres habitantes de este país tenía de él una imagen negativa, con niveles de desaprobación ciertamente dispares. De estos dos tercios, alguna porción probablemente importante debe compartir mi opinión sobre su persona.

Por supuesto, la muerte conmueve, hasta la del enemigo. Las personas de bien cubren con un tapiz de piedad los costados oscuros de los que mueren y prudentemente callan sus opiniones si estas no favorecen al muerto.

También es cierto que desde ciertas posiciones institucionales o representativas resulta sensato hacer comentarios de ocasión y presentar cristianas condolencias a los deudos.

Les hablaba de mi empalagamiento, porque desde ayer escucho hablar de un “apasionado luchador”, de un “político de raza”, de un “defensor vehemente de sus ideas” y varias otras calificaciones de tinte épico. Y estas calificaciones no provienen de sus partidarios (que por otra parte se turnan para llorar en la radio) sino de gente que hasta ayer luchaba para no ser destruida por las perversas andanadas del furor exterminador de Néstor Kirchner.

Todavía faltan dos días para su entierro y creo que esto recién empieza.

Escuchar a tipos como Scioli o Alberto Fernández (que han sido ninguneados, maltratados, desautorizados, erosionados, boicoteados, extorsionados y manipulados por el “apasionado luchador”), hacer pucheritos en la radio hablando del amigo que se les fue, me remite al trágico síndrome de la mujer golpeada. A ellos trato de comprenderlos desde la patológica necesidad que tienen los políticos, en especial los peronistas, de subirse al tren que más les convenga.

Ni que hablar de los muñequitos de torta que integran el gabinete y que compiten entre sí para ver cuál de ellos hace la declaración de dolor más desgarradora, mientras esconden la calculadora con la que tratan de deducir cómo quedarán parados en el nuevo escenario.

Sin embargo, la cobertura periodística parece reflejar la muerte de Juan Pablo II, en todos los medios, aún en aquellos que tuvieron que pelearla para no ser devastados por la furia vengativa del “político de raza” y sus Chirolitas. No me animé a sintonizar Canal 7 por temor al shock melífluo.

Los invito a hacer un breve ejercicio de inferencia e imaginar qué hubiera ocurrido si el muerto hubiera sido otro.

Por ejemplo Cobos:

El Calafate estaría de fiesta, con banderines en la calle.

Aníbal Fernández declararía que “el vicepresidente arde en el séptimo círculo del infierno, reservado a los traidores”.

Página12 titularía: “Un traidor menos”

Le negarían todos los aviones de la flota presidencial para el transporte del féretro a Mendoza

Por ejemplo Menem:

Néstor concurriría al funeral sólo para hacer los cuernitos y tocarse los … para evitar la mufa, ante las risotadas de dos o tres “espontáneos”

Página12 titularía “Murió el culpable de la miseria de los 90”

En “6, 7, 8” harían un programa especial describiendo cómo Néstor y Cristina combatieron el neoliberalismo y fueron feroces opositores al difunto durante toda la década infame.

Y esto podría seguir. Sin embargo, quiero resistirme a tratar a los miserables con su misma miseria, porque me educaron de otra manera. Por eso escarbo en las profundidades de mi espíritu tratando de hallar algo de compasión.

Sólo encuentro un poco para nuestro país.



miércoles, 10 de noviembre de 2010

Ruego a Dios que no se reencarne - Horacio Vázquez-Rial




En el otoño porteño de 2003, un personaje inesperado apareció como presidente argentino tras renunciar Carlos Menem a una segunda vuelta electoral. En realidad, en la primera, que resultó ser la única, Kirchner había tenido apenas el 22% de los votos, pero Menem, viejo astuto, comprendió que en la segunda no superaría el 24% que ya había recaudado: las elecciones eran, sobre todo, un plebiscito por su continuidad. O sea que Kirchner ganó por defección en unos comicios donde, como viene sucediendo desde hace años, había que elegir a un peronista y otro peronista.

Quiso la casualidad que yo me encontrase esos días en Buenos Aires, en compañía de mi amigo Jaime Naifleisch, y asistiéramos a la toma de posesión y al primer discurso presidencial. El primer viaje del nuevo presidente al exterior fue a España y el entonces embajador, Abel Posse, hizo una reunión de “notables” argentinos en la sede diplomática, de modo que volví a verle, esta vez en distancia corta y con su inefable esposa, y hasta tuve la ocasión de cambiar cuatro palabras con él. No me pareció lo peor que podía pasarle al país y hasta fui elogioso con él en una Tercera de ABC que ahora no encuentro y que seguramente me daría vergüenza. Creo que mi ingenuidad tuvo algo de voluntario porque después de Menem cualquier cosa era preferible. Las cotas de corrupción a las que había llegado “el Turco” daban la impresión de ser insuperables. Me equivoqué de todas todas. Ni el programa expuesto en su discurso inicial reapareció jamás, ni la podredumbre menemista era insuperable, como demostraría K muy poco después.

Los juicios a las juntas militares propiciados por Alfonsín en 1985 habían dado paso a una cierta normalidad social, que distaba de la reconciliación pero le abría paso. Hasta el ascenso de Kirchner, todos los gobiernos habían tenido, en mayor o menor proporción, antiguos militantes montoneros. Pero él les abrió las puertas a los cargos de mayor nivel y llegó al colmo con la designación al frente de Defensa de Nilda Garré, que no sólo fue relevante en la organización terrorista, sino que era la viuda de Juan Manuel Abal Medina, cuadro fundador y, por lo tanto, cuñada de Fernando Abal Medina, uno de los asesinos del general Aramburu, cuya muerte en 1970 marcó el inicio de la violencia en la Argentina. Y, como era de esperar, después de reabrir heridas en proceso de curación, K dio paso a la Memoria Histórica, a imitación del modelo español pero en peor, porque las víctimas revolucionarias y sus familias estaban ahí y querían reparaciones, es decir, dinero, que se les dio a manos llenas.

Los sindicalistas más siniestros, los Hoffa de la Argentina, con el camionero Moyano al frente, se hicieron con la vida pública argentina –y hasta se me ocurre que, con la muerte de K, adquirirán aún más poder, al no haber una oposición organizada en condiciones de gobernar–, y la proetarra Hebe de Bonafini se convirtió, al frente de su tétrico sector de Madres de Plaza de Mayo, en receptora de generosísimos subsidios oficiales.

La Argentina padeció a lo largo del siglo XX, y sobre todo a partir de 1930, año del golpe fascista —en sentido estricto— del general Uriburu, gobiernos que pueden contarse entre los peores de Occidente para sorpresa de propios y extraños, que nunca entendieron —entendimos— cómo aquello era posible en un país culto, con la tasa de analfabetismo más baja del mundo y con una librería en cada esquina de las grandes ciudades. Pero de todos los que padeció, excepción hecha del período de las juntas militares, el de este hombre que acaba de morir lleno de oro y odio fue el peor. Ni siquiera merece un análisis fino de sus políticas económicas, tan erráticas como invariablemente empobrecedoras, tan estatalistas como personalistas, y siempre improvisadas. Ni merece un análisis sociológico más allá de la estructura del poder. Se resume en delincuencia sindical y policial, reivindicación de un terrorismo en el cual ni siquiera había tenido el valor de militar, podredumbre ideológica, financiera y moral, y un autoritarismo que hizo perder sentido a la palabra democracia.

Chávez se explica por su rostro de animal vengativo —es un tiranuelo de los que profetizó Bolívar, “de todos los colores y razas”—. Kirchner, descendiente de croatas, era simplemente un hombre feo y desesperadamente codicioso —su viuda y presidente rinde idéntico tributo a la codicia— en el que costaba imaginar las raíces del odio, pero rebosaba de él, un odio generalizado a su país y sus paisanos. Pensaba ser reelegido el año próximo, en unas elecciones sangrientas. Ruego a Dios que su propósito post mortem no sea reencarnarse.



 
 

martes, 2 de noviembre de 2010

Comunicado del Centro Ayohuma (Tucumán)




San Miguel de Tucumán, 1 de Noviembre de 2010.- La Gaceta del día de ayer informa que “Tucumán tendrá una avenida Kirchner” pues “El intendente de la capital quiere rebautizar parte de la Roca en honor al ex presidente”.Como vecinos de esta ciudad queremos expresar nuestro desacuerdo con esta decisión que, no tenemos dudas, será ejecutada.Nos oponemos porque Kirchner fue un personaje que llegó al poder hablando de un proyecto nacional y popular, una mentira mas grande que el lema menemista de “salariazo y revolución productiva”; una mentira mas pueril que el lema alfonsinista de que “con la Democracia se come, se educa y se cura”.

Falsedades que un pueblo cada vez más estupidizado por la televisión basura, la bailanta, la cerveza, la droga y el “Fútbol para Todos” ha creído.

No podemos honrar a un presidente que hablando de proyecto nacional y popular ha puesto al país de rodillas ante el Sionismo representado por el Concejo Mundial Judío, la AMIA y la DAIA, que obligan a nuestra nación a marchar a un conflicto con Irán.

Nunca tendremos un grato recuerdo de un presidente que incrementó obscenamente sus riquezas durante su presidencia (2003 – 2007) y la de su esposa.

No podemos tener respeto hacia un presidente que nunca tuvo en cuenta la tan mentada “justicia social”, ya que, horas antes de su muerte, se conoció que, durante 2010, bajo el gobierno de su viuda, a la que manejaba como a una marioneta, en la Provincia de Misiones murieron 206 niños desnutridos, provincia en la cual hay 6000 desnutridos (1000 muy graves). Paradójicamente, los seguidores del proyecto “nacional” y “popular” lloraron la muerte de este millonario nieto de un usurero y nada dijeron con respecto a los niños pobres que se mueren de hambre en una país en el que se puede sembrar cualquier vegetal y en el que se cría una amplia variedad de animales.

Rechazamos al matrimonio Kirchner, que con el hambre y la desnutrición de sus compatriotas paga una deuda ilegítima a la usura internacional, pretendiendo hacer creer a la masa anestesiada que pagando la deuda externa nos “libramos” del FMI

Nos oponemos a que se honre a un influyente dirigente político que siguiendo las indicaciones del Poder Mundial bregó por imponernos la sexualidad contranatura (como diputado la unica ley que votó fue la del matrimonio de los invertidos sexuales)

No queremos el recuerdo de un influyente político que, no solo nada hizo por nacionalizar los millones de hectáreas en manos de extranjeros, sino que permitió su venta a grupos ec onomicos transnacionales..No queremos recordad a un político que se llenó la boca hablando mal de Menem, pero que cuando éste era presidente y él gobernador de Santa Cruz jamás se le opuso.Repudiamos a un ex presidente que durante su gestión y la de su esposa contribuyó a la destrucción de nuestro aparato de defensa, exponiendo nuestro país a un nivel de indefensión jamás vivido y que hoy es patente en lo que ocurre con las Malvinas.

Podriamos seguir con esta lista de desastres

Estamos de acuerdo con que la Avenida Roca cambie su nombre. Pero nos oponemos rotundamente a que un tramo de la misma lleve el nombre de Kirchner, un plutócrata con dineros de origen dudoso al servicio de intereses extranjeros y enemigo de la Fe católica.

En reemplazo proponemos que se la rebautice “Mariano Gómez”, joven soldado tucumano, nacido en la capilla de Lules, héroe de Tambo Nuevo en el Alto Perú, detenido por el ejército enemigo en el norte de Jujuy y ejecutado al negarse a traicionar a Belgrano.

SOSTENEMOS QUE LA MUERTE NO CONVIERTE AL MALO EN BUENO NI AL TRAIDOR EN LEAL.







lunes, 1 de noviembre de 2010

La gran farsa nacional argentina - Israel Ben Elazar


para Guysen International News

 
Hasta el día anterior a su muerte, el fallecido ex presidente Néstor Kirchner era repudiado por gran parte del país y defendido sólo por los sectores beneficiados por espurias prebendas y planes sociales insuficientes para una subsistencia digna, pero que servían para mantener el clientelismo de los sectores más pobres, que paradójicamente, fueron los que mayoritariamente lo votaron a él y a su mujer Cristina Fernández, la actual presidente. Con su muerte súbita, Kirchner, un corrupto populista enriquecido ilícitamente, que tenía abierta 20 causas penales en su contra, cuyo destino inexorable hubiera sido el escarnio y la cárcel, pareciera haber logrado una inmerecida redención.

Para que esto ocurriese, coadyuvaron la casi totalidad de la clase política, el periodismo con una exagerada y parcial cobertura, los sindicalistas, dirigentes comunitarios y opositores, que en lugar de expresar el pésame de rigor a la viuda e hijos, sobreactuaron las condolencias y prácticamente se refirieron al extinto, como si se trataría de un prócer o patriota.

Néstor Kirchner, en su gobierno autócrata y luego entre las sombras también en el de su mujer, inconcebiblemente para un primer mandatario, junto con sus obsecuentes acólitos, instauró en Argentina, la confrontación, la división y pelea entre la gente, manteniendo a la sociedad en estado de permanente crispación. Hizo un uso vil de los derechos humanos al juzgar merecidamente a militares involucrados en el reprobable y sanguinario golpe militar del 76, pero no sometió a juicio y, por el contrario, encaramó en el poder a los guerrilleros del ERP y Montoneros, co responsables de una de las mayores tragedias que sufrió Argentina en su historia. Máster en el doble discurso, Néstor Kichner denunció en la ONU la participación de la República Islámica de Irán en el atentado a la AMIA en 1994, pero el comercio exterior con ellos alcanzó cifras históricas y no rompió relaciones diplomáticas con el país persa, al que la actual presidente desvalorizando la Justicia de su propio país, invitó a que se dirimiera el rol de los prófugos iraníes con pedido de captura en INTERPOL en un país neutral, iniciativa desairada en fuertes términos por el fraudulento régimen de Mahmoud Ahmadinejad.

El conocer este antecedente, no fue óbice para que en un acto de genuflexión los presidentes de la AMIA y la D.A.I.A, junto con el Congreso Judío Latinoamericano y otras instituciones, ensalzaran la figura de Kirchner, considerándolo prácticamente la reserva moral del país. Los dirigentes comunitarios judíos, un mediático familiar que se arroga la representación de algunas de las víctimas de la AMIA, el oscuro Sergio Burstein, sospechado de operar para el gobierno contra el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al igual que prominentes rabinos que asistieron al velatorio, también olvidaron el anuncio que había hecho Néstor Kirchner en julio de 2004 ante decenas de testigos, del hallazgo de 45 casetes con escuchas telefónicas que esclarecerían la conexión local del atentado a la AMIA, desmentido al día siguiente “No hay ninguna confusión. Está totalmente claro que lo que yo le dije al señor (Abraham) Kaul -no puede haber una mala interpretación- que lo que se había presentado en la causa son los recibos de quienes se llevaron los casetes”. Corroborando la proclividad al doble discurso de Kirchner, Luis D’Elía, el piquetero y defensor a ultranza de Irán, país al que visitó en un par de oportunidades, y quien organizó agresivas marchas de protesta contra la embajada del Estado de Israel en ocasión de la guerra en Gaza, reveló que en el primer tramo de su gobierno Néstor Kirchner le pidió decir cosas que él no podía manifestar por su condición de presidente de la Nación. Su carácter de alter ego quedó patentizado."Yo hago una confesión: durante 3 años fui la voz de él. Dije muchas veces cosas que él no podía decir. Tenía un contacto cotidiano hasta la muerte de Martín Cisneros", dijo en diálogo con Radio 10. "Me llamaba a la mañana y me decía: “¿Luisito podés decir esto?", contó en una extensa entrevista en la que recordó sus vivencias al lado del ex presidente Kirchner, a quien velaban en la Casa Rosada.

El dirigente piquetero recordó que el fallecido jefe de Estado fue "siempre su jefe político", incluso cuando tuvo divergencias que lo sacaron de su cargo de secretario de Estado. Lejos de la actitud de D’Elía (quien mantiene estrechos vínculos con el presidente venezolano Hugo Chávez, considerado socio de negocios de Kirchner) y de la mayoría de los políticos que pronunciaron hipócritas y laudatorias consideraciones sobre el fallecido ex presidente ensalzando su figura, con una sinceridad y valentía de la que adolecen los antes nombrados, el piquetero Raúl Castells, diferenciándose nítidamente declaró: "Hoy es el día de la hipocresía nacional". "Respetamos el dolor de sus familiares, de su gente, pero nosotros no lloramos a Néstor Kirchner. No nos parece que sea ni un mártir, ni un héroe, ni un patriota, ni un demócrata". Refiriéndose al vicepresidente Julio Cobos, al que Néstor Kirchner detestaba, la presidente Cristina Fernández y los miembros de su gobierno odian y sindican como traidor, afirmó que le pareció "espantosamente hipócrita" y agregó, en declaraciones a FM Continental: "no entiendo a los políticos que teatralizan el dolor. En medio del prolongado velorio para darle el último adiós al ex presidente Néstor Kirchner, ante una miríada de gente que fue a expresar su dolor y homenaje espontáneamente, junto con otras convocadas por los aparatos sindicales y del gobierno, se introdujo en sordina el lamentable uso político de su muerte, con anuncios prematuros y extemporáneos de la candidatura para la reelección de su viuda, la presidente Cristina Fernández, quien al no permitir el acceso a las exequias de su marido al vicepresidente Cobos ni al ex presidente Duhalde, evidenciaba su intención de persistir en el estilo de confrontación de Néstor Kirchner. El intento de agresión a los periodistas Leuco y Bravo corrobora que no hay espacio para la disidencia. La gravitación de Máximo Kirchner, creador de “La Cámpora”, y su arribo a la Rosada para asesorar a su madre, se advertirá en el futuro inmediato. Verbigracia, analizando y observando desde un prisma psicológico su personalidad, provocador y obsesivo con las encuestas desfavorables y la opinión negativa de los medios a los que pretendía controlar, Néstor Kirchner, quien apostaba al caos y llevaba al país a una segura confrontación, y que albergaba un miedo cerval a ser encarcelado, tal vez inconcientemente, columbrando su ocaso y desoyendo la recomendación de sus médicos, haya preferido no cuidar su deteriorada salud para morir precozmente y transformar su destino ominoso, en un inmerecido reconocimiento post mórtem.









 
 
 
 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...