"¡Mujeres de España!
Nuestro siglo no pasará a la Historia con el nombre de “Siglo de las Guerras Mundiales” ni acaso con el nombre de “Siglo de la desintegración atómica”, sino con este otro mucho más significativo de “Siglo del feminismo victorioso”.
La revolución social a que asistimos en esta hora de veloz transición, alcanza no solo al obrero, quien reclama justamente se le considere dentro de la sociedad como persona humana informada por un alma trascendente y eterna, sino también a la mujer, la cual exige todos los derechos imprescindibles para el desarrollo de sus poderosas virtualidades.
Por eso, representante como soy de un país que es la esperanza, no solo por su riqueza nativa sino por haber inaugurado como ningún otro un nuevo orden de equidad social, de armonía cristiana y de libertad, no puedo guardarme en silencio el mensaje que, por mi intermedio, envía la mujer argentina a la mujer española sobre todo a la mujer que lucha como héroe, inadvertida del mundo, en la brega cotidiana de la vida.
La mujer argentina se afana en primer lugar, por la estructuración del hogar cristiano como vínculo indisoluble. Porque si a la mujer no se le ha dado el señorío de la fuerza física, se le ha dado el imperio del amor. Y sabemos las mujeres sin necesidad de sutiles raciocinios, que solo en el hogar y en el matrimonio indisoluble, puede el amor alcanzar toda su expansión. Sabemos las mujeres que la decadencia del amor, sin duda alguna, es una de las decadencias más grandes que ahora padece el mundo; es resultado inmediato de la paganización de la familia y de la desarticulación del hogar.