El ex jefe de Gabinete de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner refuta aquí declaraciones de la presidenta de la Nación sobre la ley de medios y la embestida política contra el Grupo Clarín.
LA NACIÓN, Miércoles 27 de julio de 2011.- Señora Presidenta: con más pesar que placer he leído el adelanto de la entrevista que la periodista Sandra Russo ha convertido en el libro La Presidenta. Entre los dichos que se adelantan periodísticamente sostiene usted que el Grupo Clarín ejerció, hace cuatro años, una enorme presión para impedir que usted fuera candidata a presidente, y que yo era, hacia dentro del Gobierno, el "vocero" de esa corporación empresaria.
Ha sostenido también que cuando usted se decidió a promover cambios en el sistema regulatorio de la radiodifusión yo preguntaba con "insistencia" qué era lo que se pretendía hacer al respecto, tratando de obtener información. Según sostiene, en una de las "tensas" conversaciones que, presuntamente, mantuvimos, usted me habría dicho: "Y si al Grupo [Clarín] no le interesa, ¿para qué te hacés problemas vos?". Como dije, leí sus expresiones con pesar. Se trata exactamente del pesar que provoca descubrir la mentira en boca de una persona con quien se ha compartido una etapa central de la vida del país, y también de la propia, y por la que aún se guarda consideración.
Aunque nunca creí que fuera necesario hacerlo, déjeme informarle que no tuve ni tengo vínculos políticos, profesionales o económicos con el Grupo Clarín. De buena fe, usted lo sabe. También sabe, por la relación que alguna vez tuvimos, que jamás me ocupé de defender los intereses de ese grupo económico. Por lo tanto, decir que fui "vocero" de esa empresa en el Gobierno no sólo afecta mi integridad ética, sino que ensucia mucho su propia credibilidad.