jueves, 2 de junio de 2011

Schoklender-Gate: El escándalo que amenaza el futuro kirchnerista



Las gestiones de Randazzo, las firmas de Micelli, el "Jodete" de Hebe y las “Viandas” de Sergio


Hay rabia y furia en ciertas barriadas humildes donde el kirchnerismo tenía pensado recolectar votos en las presidenciales de octubre. Las prebendas y el clientelismo político se volvieron en contra. Los K están probando la cicuta que nunca imaginaron tener en sus bocas. Horas atrás, dos punteros de Ciudad Oculta que responden a la Fundación Madres de Plaza de Mayo se trenzaron a balazos y esto recién comienza. En esa villa, como en muchas otras donde se erigieron viviendas y barrios por cifras multimillonarias —fraguadas en sumas astronómicas—, la bronca tiene un motivo claro: La gente pobre se siente humillada, y mal.

Una vivienda popular, bien construida, mejor pintada —los colores vivos dan una imagen de prosperidad y alegría que contrasta con la realidad que se vive en esas zonas—, con un sistema de placas de poliestireno en puertas, techos y paredes, cuesta cerca de 230 dólares el metro cuadrado. Cuentas rápidas: 50 metros cuadrados saldría aproximadamente 12.000 dólares. Si los números que fabricó Sergio Schoklender para el programa “Sueños Compartidos” —como dicen los funcionarios del Gobierno que tienen el caso en sus manos— son ciertos, esas mismas viviendas se habrían facturado al Estado en sumas cercanas a los cien mil dólares por unidad.

El desfalco total en que incurrió el ahora defenestrado y desaparecido ex tesorero oficial de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, llegaría a los 160 millones de pesos (algo así como 40 millones de dólares).

Cuando en ciudad Oculta advirtieron que por esas casas se pagaba esa astronómica cifra, la información corrió como reguero de pólvora por las calles de esa y otras villas afectadas. La gente se siente humillada y con razón. Observa los spots publicitarios en Fútbol para Todos y siente la lógica indignación de haber sido estafados en su buena fe.

“Nos hubieran dado esos cien mil dólares en la mano y comprábamos viviendas en cualquier zona de la provincia o la Capital…”, es lo que dice la gente enfurecida que ya no piensa en votar a los K en los próximos comicios.

El programa “Sueños Compartidos” se desarrolla en varias provincias, y esa corriente de asco no es solo bonaerense sino nacional.

Sergio Schoklender además adquirió con fondos del Estado, flotas de camionetas 4 x 4, un avión privado, motos de altas cilindradas y otros bienes dignos de un magnate cien por ciento macrista (o de otra fuerza despectivamente nominada “de derecha”.)

Felisa Josefina Micelli desesperó el año pasado frente a esta contabilidad de piratas en las cuales tenía que estampar su firma como visto bueno.

Dicen que fue a verla a Hebe de Bonafini y le dijo: “Esto no resiste una inspección fiscal. Si interviene la justicia voy presa”. La respuesta la desesperó. Hebe le respondió: “Jodete”.

Ya se sabe que Micelli haciendo declaraciones a la prensa es como Juan Pablo Carrizo en sus malos momentos. Frágil y vulnerable por los cuatro costados. La ex jefa del banco Nación lloraba con las amigas con quienes corría todas las mañanas en el Parque Saavedra (García del Río y Pinto).

Florencio Randazzo supo del asunto e intervino tratando de calmar un tsunami de corrupción que ya es imparable. No le importaba la millonada de dólares que el Estado invirtió en una gran estafa sin un mínimo de control. El Ministro pensaba en lo que electoralmente podía originar este dislate.

Cuando no se puede tapar el cielo con las manos viene el Apocalipsis. Micelli dice que si abre la boca contando algunas suciedades de este desfalco —entre ellos la aparición de sociedades inexistentes en un lavado de dinero al que no serían ajenos narcos mexicanos—, la meten presa y la matan en la cárcel. Así de simple.

Y un detalle más para ver cómo fue el comportamiento económico de la Fundación Madres de Plaza de Mayo de la mano de Sergio Schoklender.

El siguiente relato no es apto para el consumo humano. Repugna a cualquiera sea cual fuera su condición social o económica.

En el penal de Marcos Paz se construyó un pabellón especial para albergar y guarecer, a los chicos más peligrosos detenidos por violaciones, abusos sexuales y asesinatos en ocasión de robo. Esos que matan, no ya por un par de zapatillas sino para robarse los cordones. Esos pibes que violan desde niñas hasta abuelas tienen un pabellón VIP. Los guardias del servicio penitenciario —“candados”— tienen que cuidarse de no mirar con malos ojos a esa población de máxima peligrosidad, pues ante cualquier denuncia de los reclusos son sancionados.

Y aquí viene lo espeluznante: los pibes encerrados no se alimentan con la comida del penal. Sergio Schoklender les provee desde la Fundación de las Madres con un catering especial.

Comida especialmente preparada y un delivery de lujo. ¿Cuánto sale un menú para violadores y asesinos en Marcos Paz? (desconocemos si en otros penales ocurre lo mismo).

Ahí va: una sopa, tomate relleno con arroz, milanesa con puré y algún postre… el Estado paga por esa vianda entre 280 y 300 pesos. Comer en Marcos Paz es más caro que en Puerto Madero.

La terapia de rehabilitación casi nadie la quiere tomar. Todos se sienten cómodos con el trato que prohijó Schoklender a los reos, quizás recordando que alguna vez él también fue víctima de la antigua vejación carcelaria (algo que ya no existe en Marcos Paz, donde los carceleros están inhibidos hasta de mirar en los ojos a los violadores y asesinos, por miedo al castigo).

Cuando algún detenido sale se despide del resto de la población con un… “hasta luego”… Sabe que tarde o temprano retornará y le esperará una comodidad sin precedente. Previo al retorno, habrá más muertes y violaciones en las calles.

También se le adjudica a Schoklender el abuso sexual que embarazó a una niña de una villa, menor de 14 años. Ninguna ONG que lucha contra estas aberraciones averiguó el caso. La justicia de minoridad y familia no se mete con los protegidos por la Fundación de Las madres.

La pelea a puñetazos con su hermano Pablo dicen que es un episodio menor, producto del viejo recelo entre ambos.

El voto futuro de las barriadas pobres al kirchnerismo empieza a tambalear frente a estas obscenidades. Eso le preocupa a Randazzo y los suyos (ponerlo a Daniel Filmus a hacer declaraciones diciendo que algo ocurre con Schoklender es otro de los despistes de quien se sabe en caída libre). A Micelli solo la asusta ir presa.

En fin, cada vez se nota más: el kirchnerismo es una forma de hacer política no apta para el consumo humano.









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