jueves, 25 de noviembre de 2010

Los argentinos no creen en los políticos ni participan


Es una encuesta de la Universidad Siglo 21 realizada en siete ciudades del país, entre ellas Córdoba.

(LA VOZ) La mayoría de los argentinos cree poco en los políticos, calcula que nada cambiará en los próximos tiempos y además no está interesada en participar en la cosa pública. Ese resultado arrojó una investigación de la Universidad Empresarial Siglo 21 (UES 21) efectuada en la Capital Federal, Córdoba, Rosario, Corrientes, San Miguel de Tucumán, Mendoza y Rawson (Chubut). Se realizó sobre 1.044 casos y el equipo de trabajo fue encabezado por el director de Investigaciones de esa universidad, Aldo Merlino.

Sobre la credibilidad de los políticos, los números son rotundos: 51,9 por ciento dijo que no cree “nada”; 44,4 cree “poco”, y sólo 3,7 cree “mucho” en ellos. Es decir que si se suman los que creen poco y nada, se llega a 96,3 por ciento.

Ese dato cruzado por ciudades indica que los lugares donde la gente descree más de los políticos son Mendoza, donde no les cree 59 por ciento; Rosario, con 57,4, y Córdoba, donde el escepticismo llega a 57,2. Rawson es la ciudad donde mejor miden los políticos: los que no les creen nada no llegan a 40 por ciento (39,6), mientras que quienes al menos les creen “poco” trepan al 56,5%.

Ellas creen menos. ¿Qué resultado arroja la medición entre hombres y mujeres? El público femenino es más escéptico. Entre ellas, 57 por ciento aseguró no creer nada en los políticos, 39,4 dijo “poco” y sólo 3,6 afirmó que les cree mucho.

Entre los varones, en cambio, 46,6 descree totalmente de los dirigentes, mientras 49,6 –esto es, una cifra mayor– aseguró creerles poco; finalmente, 3,8 por ciento planteó que les cree mucho.

Medido por edades, el descreimiento es mayor entre la gente de mediana edad: 58,3 por ciento de quienes tienen de 36 a 49 años no les creen nada a los políticos; a la vez, y paradójicamente, en esta franja se da también el mayor índice de quienes les creen mucho a los políticos, con 5,3 por ciento.

En la franja que va de 50 a 70 años, el descreimiento baja a 53,7 por ciento. Y entre los más jóvenes (de 18 a 25 años), el rechazo disminuye más: sólo 41,9 por ciento, es decir, menos de la mitad, dice no creerles nada a los dirigentes, si bien es cierto que en esa franja 55,8 por ciento dice creerles poco a los políticos y sólo 2,3% les cree mucho.

Pobres, desconfiados. En cuanto a la condición socioeconómica, la desconfianza en los políticos crece a medida que baja el nivel socioeconómico; lo mismo ocurre con el nivel de conformidad de cada uno con su trabajo. En los niveles de “alta conformidad” con el trabajo, 44 por ciento de las personas no les cree nada a los dirigentes.

El porcentaje aumenta a medida que disminuye la conformidad con el trabajo de cada uno; y en la franja en que esa conformidad es baja, la tasa de descreimiento llega a 75%.

En cuanto al interés de la gente en la política, una clara mayoría desea “saber” y “estar informada”, pero no quiere “participar activamente”. Esto es: quienes tienen intención de participar son sólo 19,3 por ciento; los que quieren saber y estar informados pero no participar llegan a 62,2 por ciento, mientras que los que no desean participar y ni siquiera saber suman 18,5 por ciento.

También es alta la idea de que nada cambiará en la política nacional. En total, 57,4 por ciento estima que “todo seguirá igual en la política” y 42,6 por ciento tiene la esperanza de que “vendrán nuevos políticos que mejorarán la situación”. En este punto, vale resaltar que Córdoba es la ciudad donde menos gente confía en que habrá cambios: nada menos que 66,4 por ciento respondió que todo seguirá igual, contra sólo 33,6 que estimó que nuevos políticos modificarán las cosas.

De todos modos, en las cifras totales del país y aun en minoría, un poco más de cuatro de cada diez encuestados creen que habrá cambios. No está tan mal, frente a tanto descreimiento.



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